El esfuerzo financiero es un indicador que mide el nivel de accesibilidad de los habitantes para la compra de una vivienda. Cuando a alguien se le pregunta por cuáles son las provincias de España que requieren un mayor esfuerzo financiero no es extraño que la primera respuesta que surja sea que aquellas donde los precios y el nivel de vida son más elevados. Es decir, las provincias de las dos grandes capitales, Madrid y Barcelona, o el área de País Vasco. Sin embargo, la estadística destaca otras ubicaciones entre las que exigen a las familias un mayor esfuerzo financiero. Además del precio de la vivienda, el resultado es fruto de otros factores como el peso de la inversión turística o los niveles de paro.
Según la estadística del informe Tinsa IMIE de Mercados Locales del segundo trimestre de 2017, en la provincia de Málaga se requiere un 27,6% de los ingresos brutos familiares para afrontar el primer año de pago de hipoteca, muy por encima de la media nacional que ronda el 20%. Baleares es la segunda provincia con mayor tasa, con un 25%, por encima de Madrid o Barcelona, donde la tasa de esfuerzo se sitúa en el 19,8% y en el 21%, respectivamente.
El cálculo relaciona los ingresos brutos familiares por hogar (resultado de la multiplicar la renta bruta de cada provincia por el número de ocupados por hogar en dicha provincia) con la cuota hipotecaria media en la zona (determinada por el valor medio de la vivienda y la proporción del valor que está siendo financiado o LTV).
Tabla con el esfuerzo financiero en las Comunidades Autónomas y Provincias en España
Fuente: Informe Tinsa IMIE de Mercados Locales del segundo trimestre.
El elevado grado de esfuerzo financiero en Málaga y Baleares se explica por la existencia de un mercado residencial de gama alta, dirigido mayoritariamente a inversores extranjeros en zonas de costa, que incrementa el valor medio de la vivienda, mientras que los ingresos/salarios de la población local no aumenta en consonancia. Ello genera en la estadística una brecha entre el importe medio de la deuda y la capacidad media de pago de la población local mucho mayor que en otras provincias.
Pese a todo, esta tasa de esfuerzo está muy por debajo de las alcanzadas en 2007, cuando en Málaga se necesitaba el 44% de los ingresos brutos familiares para pagar el primer año de hipoteca y en Baleares un 41%. El descenso ha venido provocado por el descenso del precio de la vivienda y de los tipos de interés, que ha sido más pronunciado que la caída salarial media. Hay que tener en cuenta que la estadística analiza la renta disponible de aquellos que quienes tienen trabajo (ingresos) y no tiene en cuenta la población que está en situación de desempleo.
En el otro extremo, entre las provincias con menor actividad empresarial destacan Lugo (14,9%), Teruel (15,6%), Álava y Huesca (15,6%), y La Rioja y Soria (15,7%). El porcentaje de ingresos familiares que se destina al pago del primer año de hipoteca baja considerablemente.
En general, se trata de mercados con escasa actividad, donde el precio de la vivienda estuvo más contenido que la media durante el boom y, en consonancia, la tasa de esfuerzo financiero. En el caso de Álava, se combina un elevado nivel salarial con una baja cuota anual, posiblemente debido a un menor nivel de financiación (porcentaje de la compra que requiere hipoteca).