El aterrizaje suave que algunos pronosticaron (erróneamente) para el sector inmobiliario en 2007 tiene ahora su razón de ser. El precio de la vivienda siguió ralentizando su caída el pasado mes de agosto, al registrar un descenso medio interanual del 4,3%, según los datos del índice Tinsa IMIE General y Grandes Mercados publicado hoy.
El nivel de precios medio de la vivienda en España se situó en 1.340 puntos, similar al registrado en julio de 2003. Nuestro índice Tinsa IMIE no es una referencia del valor en euros/metro cuadrados, sino que sirve para analizar a través de una escala de puntos la variación en el precio de la vivienda desde 2001 (es el año base, con un valor de 1.000 puntos). Desde máximos, el valor de los pisos acumula un descenso del 41,3%.
Los datos procedentes de las valoraciones que realiza Tinsa empezaron a dar señales de estabilización de precios en el segundo semestre desde 2013. Desde entonces, la vivienda ha seguido depreciándose, pero a un ritmo cada vez menor. Así, el valor se ha reducido entre enero y agosto de este año un 3,2%, cuando en los ocho primeros meses de 2013 la caída experimentada por el precio medio en España fue del 8,1%.
Las islas (“Baleares y Canarias”) fueron la zona que registró un mayor ajuste interanual durante el mes de agosto, con un 8,3%. Le siguió en intensidad la “Costa Mediterránea”, que se depreció un 7,1% respecto a agosto de 2013. Sin embargo, mientras que el litoral destaca como la zona donde más ha caído la vivienda desde el inicio de la crisis (un 48,4%), Baleares y Canarias se mantienen como el área con menos ajuste acumulado desde 2007: un 34,5%.
Los municipios de las “Áreas Metropolitanas” fueron los que registraron el mejor comportamiento en agosto, ya que redujeron su precio solo un 2,1% respecto a un año antes, según el índice Tinsa IMIE. Las “Capitales y Grandes Ciudades” registraron un caída del 4,4% y el “Resto de Municipios” no englobados en otros grupos de la estadística experimentaron un descenso del 3,5% en el valor de la vivienda.
El aumento de la confianza, el fuerte ajuste de precios y la paulatina absorción del stock están aportando dinamismo al sector inmobiliario. Aunque otras fuentes estadísticas empiezan a mostrar incrementos de valor, nuestras tasaciones todavía no registran subidas con carácter general. Las previsiones de cara al final de año están supeditadas a la evolución de la economía y del empleo en nuestro país. Si las buenas estimaciones de crecimiento y de estabilización del mercado laboral se confirman, la caída del precio de la vivienda al final de 2014 podría estar próxima a cero. Ello no excluye que haya zonas donde todavía quede un ajuste pendiente y otras que estén experimentando ya con anterioridad subidas de precios.
No hay que perder de vista que han surgido algunas incertidumbres sobre el optimismo reinante en el primer semestre. El estancamiento de economías receptoras de las exportaciones españolas, las tasas negativas del Índice de Precios de Consumo (IPC) y el tipo de nuevos contratos que se están generando (temporales, de menos horas trabajas y menores salarios) despiertan algunas dudas sobre la fortaleza de la recuperación económica y de consumo en ciernes. Si finalmente, la evolución es más débil de lo anunciado, no descartamos que el precio de la vivienda vuelva a intensificar los descensos.