El Moma expone por primera vez una colección de 500 juguetes del siglo pasado, un tema que el museo neoyorquino no había abordado hasta el momento y que es difícil encontrar en cualquier equipamiento cultural. Sin embargo, se trata de objetos que forman parte de nuestras vidas con un elevado valor sentimental, artístico y económico.
Un juguete es un objeto destinado a entretener y educar en edades tempranas. Según esta definición, la función principal es temporal y, por lo tanto, el valor del mismo debería desaparecer nada más terminar esta tarea. No obstante, cada uno de estos juguetes transforma con los años su capacidad pedagógica en un cierto valor sentimental, que en muchos casos acaba en interés artístico y económico.
Muchos coleccionistas han dedicado años a atesorar juguetes. Uno de ellos ha sido Malcolm Forbes, hijo del fundador de la revista Forbes, quien subastó hace dos años una colección con juguetes fabricados entre los años 1897 y 1935, y que fue acumulando durante cuarenta años. Sólo una pieza, el barco “Lusitania” de 1912, alcanzó los 194.500 dólares. La colección entera superó los 2,3 millones de dólares.
Un año más tarde, la casa Sotheby’s sacaba a subasta 35.000 piezas de juguetes antiguos de un solo coleccionista con piezas de finales del siglo XIX y principios del XX (1850-1940). El valor del conjunto ascendía a decenas de millones de dólares. Contaba con trenes, soldados… y otros objetos hechos a mano que, en muchos casos, eran piezas únicas.
Sin embargo, uno de los juguetes más caros del mundo y pese a carecer de antigüedad, es un coche Lamborghini Aventador en miniatura que supera el valor del automóvil real. De hecho, alcanza los 4,5 millones de euros.
Los juguetes han pasado, por lo tanto, de ser objetos fabricados para manipular a artículos decorativos y artísticos que ahora se exponen en centros de la categoría del Moma de Nueva York.
Fuentes de referencia