La preocupación por hacer de las ciudades entornos saludables ha puesto en el foco de la estrategia económica e inmobiliaria tres conceptos interrelacionados entre sí: sostenibilidad, rehabilitación y eficiencia energética. Desde el sector de la promoción y la construcción, pasando por las entidades financieras, ya se están estudiando fórmulas para generar nueva vivienda accesible para los más jóvenes y respetuosa con el medio ambiente, sin olvidar la necesidad de remodelar los inmuebles más antiguos de nuestro país.
La rehabilitación de inmuebles es un concepto que cobra auge en momentos de crisis y que, de ahora en adelante, incrementará aún más su importancia gracias a la llegada de los fondos europeos. De los 72.000 millones de euros que la Unión Europea ha concedido a España dentro del plan para impulsar y modernizar las economías de los países miembros, en torno a 3.400 M€ se destinarán a transformaciones en el ámbito de la edificación residencial.
Como mencionamos en esta entrada de nuestro blog, de los 25,7 millones de viviendas de nuestro país, alrededor de 10 millones necesitan ser rehabilitadas, según el Consejo Superior del Colegio de Arquitectos de Madrid. Si se mantuviera el ritmo de licencias de la última década, serían necesarias 34 décadas para acometer la rehabilitación de todo ese millonario parque de viviendas.
La llegada de fondos de europeos servirá para impulsar el primer objetivo que se ha marcado el Gobierno de España en este terreno: transformar 500.000 viviendas en los tres próximos años. Un objetivo ambicioso, en vista de que supone rehabilitar una media de cerca de 14.000 viviendas al mes.
Edificios más sostenibles, pero rentables
La sostenibilidad es un principio que debe estar presente en un inmueble durante todo su ciclo de vida y desde que comienza su diseño. Solo así se conseguirá reducir al mínimo la huella que dejará en el planeta. Ciertamente, construir un edificio con criterios de sostenibilidad más avanzados es generalmente más caro que hacerlo cumpliendo las exigencias mínimas recogidas en la normativa vigente. Pero esa apuesta “verde” debe entenderse ligada a una dimensión paralela: repercute en beneficios económicos para todas las personas vinculadas a la vida del edificio, incrementado su rentabilidad y reduciendo sus gastos operativos.
El impulso de la eficiencia energética solo será posible si el ciudadano percibe un valor económico en ella, es decir, que se traduce en ahorros a lo largo de la vida de la vivienda y que, paralelamente, el valor de su inmueble aumenta. El verdadero reto es combinar sostenibilidad y rentabilidad: que la inversión en eficiencia quede reflejada en el valor de los activos, de modo que el comprador no sienta que lo ‘sostenible’ implica un incremento del coste.
La apuesta por la sostenibilidad no se limita a la concepción del promotor en la construcción de nuevas viviendas. En el parque ya existente, las rehabilitaciones energéticas permiten mejorar la eficiencia de un edificio. Como afirma Diego Soldevilla, director de Consultoría Energética & Edificación de Tinsa, la energía a lo largo de su ciclo de vida, en cada una de sus infinitas transformaciones, se bifurca en dos caminos y siempre uno de ellos conlleva a la pérdida de energía no aprovechable que se vierte al medio. “Cuando se incorporan medidas de eficiencia energética en los inmuebles, el objetivo prioritario es intentar que la mayor parte posible de la energía no tome el desvío que lleva a las pérdidas y sea de utilidad para mantener la temperatura de confort de nuestros hogares, iluminar o hacer funcionar nuestros electrodomésticos eficientemente”, explica Diego Soldevilla.
Los planes de rehabilitación impulsados por los fondos europeos abren un interesante escenario para que las comunidades de vecinos y también los ciudadanos a título individual tomen la iniciativa. Entre las medidas de rehabilitación más efectivas para incrementar la eficiencia y la sostenibilidad de un edificio destacan:
Aislamiento de la fachada
“El primer paso para ahorrar es gastar menos”, comenta Diego Soldevilla, por lo que las acciones contempladas deben enfocarse en reducir la demanda energética y actuar sobre la envolvente. En el ámbito de la construcción, el término envolvente alude a la “membrana o piel” construida que separa el interior del exterior del edificio y que filtra al interior las condiciones del exterior. Una fachada bien aislada puede significar un ahorro de hasta un 50% de la energía consumida para toda la comunidad.
Junto al aislamiento de la fachada, una medida muy útil para reducir el gasto y la demanda energética es la sustitución de los equipos más antiguos de
tocaría incrementar la eficiencia de las instalaciones, con la sustitución de los equipos de calefacción y aire acondicionado más antiguos. Actualmente la bomba de calor o la aerotermia son dos de los sistemas de calefacción más eficientes.
Uso de energías renovables
El uso de energías renovables en un edificio es una acción que repercute en su eficiencia notablemente, ya que reduce la emisión de gases que causan el calentamiento global, suponiendo un ahorro de más del 50% en el consumo eléctrico. Aplicaciones prácticas podrían ser la sustitución de las calderas individuales por paneles solares térmicos para agua caliente sanitaria (ACS), instalar paneles solares fotovoltaicos para producir electricidad o sustituir la caldera de gasóleo de una vivienda, por una de biomasa, de origen renovable.
Uso inteligente de la ventilación
La clave de la eficiencia en lo referente a ventilación radica en cómo aprovechar la energía térmica del aire que entra y sale de cada inmueble. La ventilación cruzada con recuperación de calor es un mecanismo utilizado en arquitectura bioclimática para definir el modo de ventilación de los edificios, que sea capaz, por ejemplo, de suavizar el impacto del aire cálido del verano para mantener las estancias mejor refrigeradas a la par que correctamente ventiladas. Se trata de optar por un equipo de tratamiento de aire y ventilación que incluya un recuperador, un dispositivo que actúa como un intercambiador de calor entre el aire viciado que se extrae y el aire fresco que se introduce, de forma que se recupere parte de la energía del aire que ya estaba climatizado. Es decir, en invierno calienta el aire exterior y en verano lo enfría aprovechando siempre la energía existente, con el consiguiente ahorro de consumo, que puede alcanzar hasta un 40 %.
Accesibilidad
Hablar de sostenibilidad exige hablar de accesibilidad, una de las grandes olvidadas en el parque residencial español, a juzgar por la cantidad de inmuebles sin ascensor que existen en nuestro país. Además de impactar positivamente en la calidad de vida de los ciudadanos, los ascensores convierten los inmuebles en espacios seguros, revalorizando las viviendas significativamente.
A nivel individual, no son pocas las medidas de eficiencia energética que podemos poner en marcha para reducir hasta en un 40% nuestro consumo, solventando problemas de aislamiento insuficiente y apostando por instalaciones eficientes en los inmuebles más antiguos. “En el interior de la vivienda, algunas medidas como la sustitución de ventanas de vidrio simple por otras de doble acristalamiento con cámara de aire y marco con rotura de puente térmico, la sustitución de equipos de climatización obsoletos por bombas de calos de alto rendimiento o la renovación de calderas antiguas por otras de condensación de alta eficiencia, pueden reducir el consumo energético en más de un 30% y generar ahorros anuales superiores a 500 €” explica Diego Soldevilla.
Para mejorar primero hay que medir: conocer el punto de partida y cómo ha variado el escenario tras aplicar las acciones de rehabilitación. Una máxima que el Gobierno va a tener en cuenta en la concesión de ayudas, que estarán supeditadas a que se consiga un ahorro de al menos un 30% en el consumo de energía primaria procedente de fuentes no renovables.
Disponer de un certificado energético de nuestra vivienda es el primer paso para mejorar la eficiencia energética del inmueble y ha de ser realizado por un técnico competente. En Tinsa, contamos con una división específica de Consultoría Energética que además de realizar certificaciones energéticas de inmuebles ofrece servicios de Auditorías Energética y asesoramiento a empresas. Las auditorías analizan exhaustivamente el consumo energético de las instalaciones de la empresa, edificios, partes de los mismos o flotas de vehículos, y proponen una serie de acciones para reducirlos y mejorar los costes energéticos, bajo criterios de rentabilidad.
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Imagen procedente del banco de imágenes Unsplash de Fermín Rodríguez