Este 1,3% nos está mostrando que la vivienda nueva y usada en las capitales está empezando a asentar signos de un cambio de tendencia, tras un 2020 caracterizado por el descenso moderado de precios. En abril, y por segundo mes consecutivo, el índice de capitales y grandes ciudades ha mostrado una evolución positiva en tasa mensual, es decir, en la evolución del valor medio respecto al mes anterior.
Pese a este avance, estos núcleos principales todavía no han alcanzado el nivel que tenían hace un año, en abril de 2020, ya que entonces la vivienda todavía no había reaccionado al shock pandémico de marzo y mantenía una cierta inercia al alza precovid, a diferencia de mercados como los de costa o las islas, que notaron más tempranamente los efectos. Las capitales y grandes ciudades muestran en abril una tasa de variación interanual de menos 1%, frente al crecimiento del 0,9% de la media nacional.
De hecho, pese a esta incipiente recuperación de valores vista en los dos últimos meses, el índice de capitales y grandes ciudades es el único que registra caídas en el promedio de los cuatro primeros meses del año, concretamente una caída del 1%. Si miramos el resto de grupos analizados en el IMIE General, encontramos que desde que acabó el año 2020 la variación interanual promedio en los territorios insulares, por ejemplo, ha sido de un crecimiento del 4,2%, muy por encima de la de grupos como costa mediterránea, áreas metropolitanas o resto de municipios, que se mueven entre un aumento medio del 1% y el 1,9% en el conjunto de los cuatro primeros meses del año.
Vemos, por tanto, que desde diciembre se está produciendo una recuperación de valores sostenida, que todavía no se ha consolidado en el caso de las capitales y grandes ciudades. Todo esto nos lleva a concluir que posiblemente deja ya de tener sentido que la referencia para analizar la evolución de precios sea el periodo anterior a la pandemia. O, dicho de otro modo, la evolución postcovid, que nosotros desde Tinsa hemos estado monitorizando todos estos últimos meses. Cobraría ahora cobraría más sentido fijar en la mirada en la variación acumulada desde que comenzó 2021.
¿A qué se debe este cambio de perspectiva? Por un lado, a que la tendencia que precedió al fatídico marzo de 2020 era de ralentización y ahora vemos que la dinámica imperante es esencialmente diferente. Y, por otro lado, a que el contexto también ha cambiado: se le da una mayor importancia al hogar y las decisiones de compra, lejos de suspenderse, se están adelantado para una parte significativa de la demanda potencial.
Termino ya recordando esa cifra que abría hoy la sección: ese 1,3% que ha aumentado en el último mes el valor medio de la vivienda en las capitales y grandes ciudades.
Podrás escuchar el audio completo de su intervención en este enlace, a partir del minuto 12.
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