La rehabilitación de viviendas en nuestro país debería desarrollarse a un ritmo de 14.000 viviendas mensuales para cumplir el objetivo de transformar 500.000 viviendas en tres años, que es el primer hito fijado en el camino hacia el objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima: alcanzar una velocidad de crucero de 300.000 rehabilitaciones anuales en España a partir de 2030.
Como se suele decir, para correr primero hay que caminar. Y en ese comienzo entran en juego los fondos europeos Next Generation, con los que la Unión Europea quiere contribuir al impulso y modernización de las economías de los países miembros. De los más de 72.000 millones que corresponden a España, el Gobierno va a destinar 3.400 millones a transformaciones en el ámbito de la edificación residencial.
Y en ese empezar a caminar se ha fijado el objetivo de rehabilitar 500.000 viviendas en tres años. Ello implica 167.000 rehabilitaciones anuales o 14.000 mensuales, como indicamos en el dato de hoy. Un objetivo realmente ambicioso porque implica rehabilitar en tres años lo mismo que se ha hecho en los últimos 17 años. Esas 500.000 viviendas suponen multiplicar por 5,6 veces el promedio anual desarrollado desde 2003 y el objetivo es que a partir de 2030 el ritmo sea 10 veces superior.
Estos datos nos dan una idea de la dimensión del fenómeno entre manos. Lo que está ahora en debate es cómo hacerlo. Las actuaciones se pueden acometer en nuestras propias viviendas: ir más allá de las reformas estéticas para realizar rehabilitaciones energéticas, que sean una inversión rentable que genere ahorros en los costes energéticos desde el primer día. Pero también será interesante coordinarse con la comunidad de vecinos para llevar a cabo actuaciones a nivel de edificio, ya que, en la mayoría de los casos, la mejora del aislamiento en fachadas y la renovación de calderas y equipos de climatización centralizados suponen un mayor impacto en la reducción del consumo energético, además de suponer una menor inversión por vivienda.
Todo este plan pasa por agilizar trámites y hacer posible que la financiación llegue en tiempo y forma. Entre las novedades que se han apuntado, están que se subvencionarán al 100% tanto el análisis de situación como el proyecto de ejecución de mejoras en el edificio, de modo que no haya excusas para que todo el mundo pueda tener un asesoramiento técnico y profesional respecto a las actuaciones que pueden hacerse en el edificio. También se quiere potenciar la figura del gestor o agente rehabilitador, que presente a la comunidad de propietarios una propuesta personalizada de actuaciones para cada edificio y, una vez aprobado por los vecinos, se encargue de todo: desde realizar y controlar las actuaciones hasta gestionar y recibir las ayudas en nombre de los vecinos para que estos no tengan que sufrir la burocracia ni tributar por esas ayudas.
También un ámbito muy importe para alcanzar estos ambiciosos objetivos será la rehabilitación de barrios desde una perspectiva global, que contribuirá a conseguir escala en volumen de actividad. De nuevo aquí la agilidad en la tramitación y la simplificación administrativa será fundamental.
Se hablará mucho de todo esto en los próximos meses. Por ahora nos quedamos con el dato que nos contextualiza el primer objetivo fijado en esta larga travesía, que se presenta tal vez demasiado ambicioso: una media de 14.000 viviendas rehabilitadas al mes hasta 2023. Escucha aquí la intervención completa en el programa de Inversión Inmobiliaria de Capital Radio.
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Imagen de Alexandar Pasaric (Pexels.com).