En este particular nicho inmobiliario, el dato que destacamos es 158.000€, que es el valor medio por hectárea en los cultivos de invernadero en España. Es el suelo con mayor valor entre los 7 grandes grupos de cultivo analizados en el informe, seguido de las hortalizas al aire libre (72.200 €/ha, menos de la mitad que los invernaderos). El valor de la hectárea de invernadero triplica la de frutales cítricos y es casi 6 veces más que la viñedos.
Cuando hablamos de invernaderos nos referimos a modalidades de regadío. El agua es el elemento clave en el análisis del campo como activo de inversión. Además de grandes superficies para poder generar economías de escala, los inversores buscan regadío y son los suelos que encierra un mayor valor. Tanto en olivar, como en frutales no cítricos, viñedo o herbáceos, la hectárea de regadío es más valiosa que la de secano. Por ejemplo, en olivar, la hectárea de regadío alcanza los 36.200 € frente a los 24.000 € de la hectárea de secano. En el caso de los herbáceos (cereales, tubérculos y leguminosas…), la diferencia es casi el doble (de 12.300 €/ha en secano frente a 27.800 € /ha en regadío.
Junto al agua, otra de las macrotendencias que el informe de Tinsa analiza como determinantes en la evolución del valor del suelo es el grado de introducción de tecnología y automatización. Una cuestión muy relevante para los rendimientos de la tierra en el caso concreto de los cultivos de invernadero, que te mencionaba antes. La apuesta por técnicas
superintensivas, que buscan maximizar la producción con el menor consumo posible de recursos y de superficie, está también en la hoja de ruta de los inversores y es una tendencia clara en las fincas de olivar.
El informe ‘Suelo Agrario en España 2022’ tiene como base la extensa muestra de tasaciones de Tinsa, la mayor empresa de valoración de fincas rústicas en España, con más de tres millones de hectáreas tasadas desde 2008. Además de referencias de valor de suelo agrario por hectárea, como hemos visto algunos ejemplos, el estudio ofrece una perspectiva de la rentabilidad y la tasa de crecimiento anual compuesta del valor en el último lustro (2017-2022). Desde el punto de vista de la rentabilidad (excluyendo impuestos y subvenciones), los grandes tipos de cultivos analizados se mueven entre el 4% de rentabilidad en el caso de los pastos o el 5% de los herbáceos y el 11% de las hortalizas al aire libre y el 10% de los invernaderos.
Si miramos cuál ha sido la tendencia de evolución del valor del suelo en los últimos cinco años, encontramos un activo caracterizado por la estabilidad, con tasas de crecimiento medio de entre el 0% y el 2,5% en el último lustro. Ciertos tipos de cultivo alcanzan mayores cifras, como los frutales no cítricos, donde el suelo agrario muestra una tasa de crecimiento medio del 3,6% entre 2017 y 2022, impulsada principalmente por frutos secos como el pistacho o el almendro, en el foco de los inversores.
Así lo explicó nuestra directora de Marketing y Comunicación, Susana de la Riva, en el programa Inversión Inmobiliaria de Capital Radio.