El pasado 30 de Mayo, Google dedicaba la imagen del buscador a Peter Carl Fabergé, creador de los famosos huevos calificados como los más caros del mundo y que durante años pertenecieron a los zares de Rusia. ¿La razón? Cumplirse los 166 años del nacimiento del reconocido orfebre. La fecha puede carecer de importancia pero su legado no. Uno de estos huevos alcanzó los 18 millones de dólares en una subasta celebrada en Christie’s. El resto están repartidos entre colecciones privadas y museos, aunque todavía se desconoce la ubicación de algunas de estas joyas.
El primer huevo elaborado por Peter Carl Fabergé data de 1885. Fue un encargo del zar Alejandro III como regalo a su mujer, la emperatriz María Fiodorevna. Sería el primero de 69 piezas que el orfebre elaboró para la familia de los zares hasta la llegada de la revolución rusa en 1917. La joya gustó tanto a Alejandro III que decidió encargar a Fabergé un huevo cada año como regalo familiar. La tradición continuó con su sucesor Nicolás II.
Tras el derrocamiento del régimen zarista el taller de Fabergé desapareció. En la actualidad, la mayoría de estas piezas pertenece a colecciones privadas, como la de la familia Forbes, la reina Isabel II de Inglaterra y el príncipe Rainiero de Mónaco. Otros están en manos de museos. El Museo de Bellas Artes de Virginia (EEUU) atesora cinco piezas y el Museo de Arte de Nueva Orleans cuenta con dos huevos de Pascua. La Fundación Edward y Maurice Sandoz, en Suiza, tiene dos, al igual que el Museo Hillwood de Washington y The Walters Art Museum, en Baltimore (Maryland). Por su parte, el Museo de Arte de Cleveland sólo tiene uno. El Kremlin posee 10 de ellos.
El valor del detalle, Fabergé
La utilización de materiales como el oro, la plata, el platino o el paladio aumentan el valor económico de cada una de las piezas, aunque el interés real se basa en su historia, rodeada de lujo y ostentación de la clase imperial rusa, y su exclusividad. Cada pieza incorpora detalles de lugares y situaciones de la época como reclamo decorativo que hacen a cada huevo único.
Una de las piezas más valiosas es el Huevo de la Coronación, que ha llegado a alcanzar los 18 millones de dólares en una subasta celebrada en la casa Christie’es. Este huevo pertenecía a la familia de Rothschild y cuenta con un reloj en la parte frontal de la joya. Cada hora, un cuco se asoma, mueve las alas cuatro veces y asiente con la cabeza.
Otra joya famosa es el Huevo de Invierno, construido en cristal y con 3.000 diamantes incrustados en la superficie. En el año 2002, esta pieza alcanzó lo 9,5 millones de dólares en una subasta.
La fama de estos huevos ha llegado a la pequeña y gran pantalla. La película “The Code”(2008), dirigida por Mimi Leder, narra la historia del robo de dos de estas míticas piezas que nunca se han expuesto al público y que cuentan con un sofisticado dispositivo de seguridad. También series como “Los Simpson” recoge en uno de sus capítulos la adicción de un famoso músico a la compra de estos carísimos huevos que le llevó a la ruina económica.
Fuentes de referencia:
- ABC (2012) “Peter Carl Fabergé, 166 años del nacimiento del orfebre ruso”.
- Carballo López, José Ramón (2012) “Un huevo de Fabergé para Rothschild bate todos los récords al alcanzar los 12,5 millones”. Las ensoñaciones del paseante solitario.
- Qué (2012) “Fabergé y los huevos caprichosos de los zares en un ‘doodle’ de Google”.