“Me voy a hacer el haraquiri. Sí, cada vez que lo pienso me enfado conmigo misma por mi falta de cuidado: ¿por qué no me aseguré antes de dar una señal de que la casa no tenía ningún desperfecto o daño, de esos que no se ven a simple vista? Me habría ahorrado un disgusto y nada menos que 10.500 euros por una derrama a causa de humedades sobre las que nadie nos informó, y que venían de mucho antes. Al menos, habría podido renegociar el precio de venta”.
Así se siente Elena que, a esos 8.500 euros, hay que sumar otros 2.000 que pagó en dos años como una cuota extra para provisionar las obras que le venían encima a la comunidad.
Compra de vivienda con derrama
Todo comenzó cuando compró una casa de segunda mano cuyos propietarios no informaron en ningún momento acerca de problemas de humedades que arrastraba toda la comunidad desde hacía años y que afectaba a sótanos y garajes.
La comunidad de propietarios había demandado a la constructora por mala praxis, pero se declaró insolvente y lo poco que pudieron embargarle apenas cubrió una mínima parte del millón de euros presupuestado para la reparación.
A los cuatro meses de la mudanza de Elena y su familia, las cuotas de la comunidad aumentaron en casi 100 euros al mes para ir creando un remanente con el que abonar la derrama. Dos años después se aprobó el presupuesto que suponía un gasto extra de 8.500 euros por vivienda.
“Durante la visita a la casa, no percibimos ningún tipo de daño. No estaban a la vista o, al menos, no los vimos, quizás porque los muebles de los propietarios ocultaban esos daños que notamos meses después al observar una mancha y un ligero abombamiento de la pared producido por la humedad. Eso solo era una parte del problema, pues en los garajes, algunas zonas del techo de las vías comunitarias estaban bastante dañadas por las filtraciones”, comenta.
Cinco años después, Elena acaba de descubrir que contratado un servicio de inspección completa de viviendas se habría ahorrado el disgusto y hubiera ganado poder de compra para renegociar un mejor precio.
Por eso, siente ganas de hacerse el haraquiri, y se enfada consigo misma, ya que en otro tipo de compras de segunda mano es más diligente observando si tiene algún desperfecto. “Es cierto que en este caso tienes que contratar a un tercero, pero el coste de hacerlo compensa con creces el gasto que ha supuesto la derrama”.
En España, 1 de cada 4 viviendas tiene algún tipo de daño y el coste promedio de la reparación asciende a 10.000 euros, coincidiendo con lo que prácticamente le ha costado a Elena la derrama.
Reclamaciones por derramas
¿Es posible reclamar algún tipo de indemnización por derrama pendiente? En un caso como el relatado, es decir, una derrama aprobada después de la compraventa, no es posible reclamar a los expropietarios indemnización o compensación alguna, incluso si los desperfectos que dieron lugar a la derrama ya existían previamente.
Según establece la Ley de Propiedad Horizontal que rige las comunidades de vecinos, la obligación de pagar las derramas recae sobre el propietario del inmueble en el momento en que estas son aprobadas o deben hacerse efectivas.
Sin embargo, hay algunas excepciones y consideraciones importantes:
Derramas aprobadas antes de la compraventa:
Si la derrama fue aprobada antes de la firma del contrato de compraventa, pero no se informó al comprador, este podría reclamar al vendedor por vicios ocultos. Esto aplica si el desperfecto o la derrama no fue comunicado y afecta significativamente el valor o uso de la vivienda. En casos de ocultación deliberada por parte del vendedor, se puede incluso reclamar daños y perjuicios.
Derramas relacionadas con defectos previos
Si los desperfectos existían antes de la compraventa, pero la derrama fue aprobada posteriormente, el nuevo propietario sería responsable del pago. No obstante, podría intentar reclamar al vendedor si logra demostrar que hubo mala fe o que los desperfectos fueron ocultados intencionadamente durante la negociación.
Acciones legales posibles:
El comprador puede presentar una demanda en casos de ocultación o falta de información sobre defectos graves. Dependiendo del importe reclamado, el procedimiento puede ser verbal (menos de 6.000 euros) u ordinario (más de 6.000 euros).
Moraleja: no nos precipitemos al comprar una casa, controlemos la emoción por asegurarnos la que creemos la vivienda perfecta y comprobemos antes su estado real. Ya sea de segunda mano u obra nueva, antes de dar una señal con la firma del contrato de arras tengamos un informe de inspección completa para comprobar si hay desperfectos o vicios ocultos. Nos evitará sorpresas desagradables y el deseo de hacernos el haraquiri cuando descubramos que lo podíamos haber evitado.