Según la última Encuesta Continua de Hogares del INE, que data de 2020, en España existían 18,75 millones de hogares. La mayoría, un 54%, están compuestos por parejas con y sin hijos, representando los hogares unipersonales un 26% del total, o, lo que es lo mismo, cerca de 5 millones de hogares. Junto a ellos existe otro grupo de 3,7 millones de hogares (un 20% del total) que responde a otras situaciones como, por ejemplo, familias monoparentales, viviendas compartidas entre gente que no es familia, o entre una familia y gente que no lo es o, viviendas compartidas entre dos núcleos familiares diferentes.
Dentro de los 6,2 millones de hogares que están compuestos por parejas con hijos, el 90% tiene 1 o 2 hijos y el resto (560.000 hogares) cuenta con tres hijos o más. Es decir, solo el 3% del total de hogares españoles que habitan una vivienda está compuesto por tres hijos o más, según la encuesta del INE.
¿Y qué observamos en los hogares unipersonales? Aunque pueda existir la tentación de pensar en jóvenes recién independizados, lo cierto es que el 44% de este grupo está formado por mayores de 65 años. Hay que pensar que más de la mitad de los jóvenes entre 25 y 29 años vive con sus padres y entre los independizados a edades tempranas el porcentaje de personas que viven solas es muy reducido: la forma de convivencia mayoritaria en el caso de los jóvenes es en pareja o pisos compartidos.
Si esta radiografía de los hogares la trasladamos a la superficie de las viviendas principales en las que habitan, encontramos que tres cuartas partes tienen entre 60 y 150 m2. De este grupo, una cuarta parte tiene entre 75 y 90 m2. Curiosamente, los hogares que más han aumentado en los últimos 7 años tienen superficies comprendidas entre los 90 y los 150m2.
Pero lo más interesante de todo esto es la tendencia. El número de personas por hogar ha disminuido considerablemente desde hace 50 años. Desde los censos de 1970 el tamaño medio del hogar se ha reducido desde casi 4 integrantes hasta los 2,5 actuales. A lo largo de los últimos años los hogares más pequeños (1 y 2 personas) han mostrado un aumento continuado mientras que los de mayor tamaño han disminuido. El grupo con mayores incrementos registrados año tras año es el de los hogares unipersonales, donde, como hemos dicho antes, la población mayor de 65 años tiene un peso creciente. Si en 2013 los mayores de 65 representaban el 41% de los hogares unipersonales, en 2020 sumaban el 44%.
La previsión a medio y largo plazo del tamaño del hogar medio (hablando en número de personas) es de una clara disminución. El INE en sus últimas proyecciones estima que en los próximos 15 años el número de hogares de una y dos personas serán los que más aumenten, lo que reducirá la media de personas por hogar a 2,4.
Como conclusión, los datos indican que el número de hogares y de viviendas principales asociadas aumenta, mientras que el número de integrantes del hogar disminuye. Esto conduce a más hogares, pero cada vez más pequeños en cuanto al número de integrantes, debido al envejecimiento de la población y a la disminución del número de hijos por familia. Esto nos da una imagen del perfil de inmuebles que la sociedad requiere, es decir, inmuebles para parejas con familias más pequeñas que en las décadas precedentes o incluso sin hijos. También muestra que las personas mayores de 65 constituirán un grupo amplio y en aumento con unas necesidades habitacionales determinadas que habrá que tener en cuenta.
Los formatos de viviendas que deberán adaptarse a menos personas. Esas 2,5 personas en promedio se reducirán en los próximos lustros. Las casas amplias para grandes familias serán algo escaso y se requerirán viviendas más ajustadas. Pero principalmente para parejas, no necesariamente para ‘singles’.
Así lo hemos comentado en El Dato del Día de Capital Radio:
