Tinsa y Lavola analizan la rentabilidad económica de la inversión en eficiencia energética
Jornada ‘Auditoría energética: valor y aplicación práctica’
Madrid, 2 de diciembre de 2015. Una inversión de 100 euros en auditoría energética se está traduciendo en un ahorro medio de 437 euros/año. Estas son las cifras medias que arroja el análisis de 1.000 auditorías energéticas realizadas en los últimos años por la firma de sostenibilidad Lavola y que su director de Energía, Daniel Satué, ha presentado hoy en el transcurso de la jornada Auditoría Energética: valor y aplicación práctica, organizado por Tinsa en colaboración con la revista Observatorio Inmobiliario y de la Construcción.
Tinsa y Lavola mantienen un acuerdo de colaboración en la realización de auditorías energéticas en España, una actividad que ha adquirido protagonismo ante la inminente transposición a la normativa española de la directiva europea que obliga a las grandes empresas a realizar una auditoría energética de sus inmuebles y a repetirla con una periodicidad de cuatro años. “En Tinsa ya estamos analizando la forma de trasladar la eficiencia energética como nuevo factor en el proceso de formación de valor”, afirmó Marta García, directora de Consultoría Técnica y Energética de Tinsa.
Durante la jornada se analizó el papel y la rentabilidad económica de la eficiencia en el mercado inmobiliario. “La eficiencia energética de edificios ya es rentable. La Agencia Internacional de la Energía acaba de publicar un informe en el que afirma que de cada 300 dólares invertidos en eficiencia se recuperan 1.300”, afirmó Javier García Breva, presidente de N2E (Nuevo Modelo de Negocio Energético) y ex director general del IDAE.
Este consultor, que destacó que la calificación energética se ha convertido en un elemento diferencial que está posicionando los inmuebles en el mercado, alertó de que las agencias de rating ya están empezando a considerar el impacto de la sostenibilidad en sus valoraciones de riesgo. “Standard & Poors apunta que algunas empresas tendrán que depreciar sus activos en función de riesgos ambientales que actualmente no están considerando”, señaló el presidente de N2E.
[bctt tweet=”Por cada 100 euros de inversión en eficiencia energética se ahorran 437 euros/año”]Por su parte, Marta García defendió el papel de la eficiencia energética como nuevo factor en la generación de valor. “Gran parte de las tasaciones del producto residencial realizadas acuerdo a la Orden ECO/805 del Banco de España implican establecer el valor de mercado por el método de comparación. Si el mercado actualmente no está recogiendo un aumento de precio directamente imputable a este tema, nosotros no podemos adelantarnos y reflejarlo en nuestras tasaciones. Pero sí podemos estar preparados, y de hecho lo estamos, para que a medida que el mercado vaya asimilando el valor eficiencia energética lo vayamos trasladando a la valoración de los inmuebles”, afirma García.
La directora de Consultoría Técnica y Energética de Tinsa, líder en certificaciones energéticas en España a través de su filial Tinsa Certify, aseguró que el reconocimiento del valor de la eficiencia en las tasaciones permitirá acelerar el cambio de cultura y favorecerá políticas de financiación más ventajosas para la rehabilitación y la compra de inmuebles eficientes. También señaló que en este contexto las entidades financieras tendrán que reconocer en la concesión de crédito un menor nivel de riesgo a los inmuebles eficientes, ya que sus propietarios contarán con más ingresos para pagar sus compromisos financieros al tener una factura energética más reducida.
Daniel Satué, director del área de Energía de Lavola, apuntó que de acuerdo al último borrador de Real Decreto para la trasposición de la directiva europea la obligación de realizar una auditoría energética afectaría a unas 14.000 empresas en España. El balance de las auditorías realizadas hasta la fecha por Lavola refleja un ahorro medio de consumo del 13,4%. “Por cada 100 euros invertidos en auditoría energética se genera un ahorro anual energético de 437 euros”, apuntó Satué.
El cálculo no incluye las inversiones en medidas de mejora de ahorro energético en caso de que sean necesarias, ya que una parte importante del ahorro puede conseguirse sin coste adicional (con cambios de hábito o mejoras en el uso de los equipos), o con inversiones reducidas. Teniendo en cuenta la posible inversión en medidas de ahorro, Lavola estima unos períodos medios de retorno simple de la inversión de 3 o 4 años.
Satué, que puso casos prácticos del ahorro económico alcanzado en un hospital, un edificio de oficinas y una instalación industrial tras el proceso de auditoría, destacó que un porcentaje muy elevado de ahorro es alcanzable con cambios de hábitos o inversiones reducidas. “La apuesta por la eficiencia energética tiene un efecto positivo en la competitividad de la empresa, al rebajar sus costes, permite revalorizar los activos inmobiliarios y, además, permite a las compañía proyectar una imagen de responsabilidad social”, concluyó Satué.
Tim Nalder, General Manager de la gestora Invesco Real Estate España, aportó la visión de la eficiencia en el terreno de la inversión inmobiliaria. Nalder apuntó que las nuevas aportaciones de los fondos de pensiones para invertir en activos inmobiliarios están descartando adquisiciones de inmuebles con calificación energética inferior a la letra D. “En España hay pocos edificios con buena calificación. Es un punto diferencial”, afirmó.
[bctt tweet=”El reconocimiento del valor de la eficiencia en las tasaciones permitirá acelerar el cambio de cultura”]Nalder asegura que la gestión de activos inmobiliarios se enfrenta a un gran cambio cultural y a una revolución en la forma de utilizar los edificios. “Los organismos que generan rankings internacionales de gestoras de inmuebles están otorgando una gran importancia a las políticas de sostenibilidad y a la monitorización periódica”, afirmó Nalder, que asegura que la nueva normativa sobre auditorías energéticas obligará a gestoras como la suya a tener una relación más cercanas y constante con los arrendatarios. “Multinacionales punteras, como Microsoft, Google o PWC, no consideran alquilar edificios con baja calificación. En un futuro, un propietario puede tener dificultades para arrendar su edificio, aunque esté en el Paseo de la Castellana de Madrid”, afirma.
Nalder echa en falta que se clarifique el modelo de reparto de las inversiones para mejorar la calificación energética de un edificio. “Actualmente yo hago la inversión, pero es el inquilino el que ahorra en costes”, apunta el General Manager de Invescofil, que señala que su gestora está explorando fórmulas para vincular las inversiones de mejora con los requerimientos de renta de los inquilinos. “Se rata de alcanzar un win-win”.