El mercado de vivienda, por su relevancia econĆ³mica, se encuentra influido por un nutrido grupo de variables que determinan su trayectoria histĆ³rica y anticipan, en cierta medida, su evoluciĆ³n en el corto plazo. Las notas de coyuntura que Tinsa publica trimestralmente recogen estas variables, relacionĆ”ndolas de manera organizada y comprensible con el fin de ofrecer un diagnĆ³stico permanentemente actualizado de la coyuntura en el mercado de vivienda.
El cuadro macroeconĆ³mico previsto para el 2012 pone en perspectiva negativa la recuperaciĆ³n del mercado residencial a lo largo de este ejercicio. El deterioro nominal de los principales agregados de la Contabilidad Nacional va a impactar de lleno sobre economĆa real y, en especial, sobre su principal representante: el empleo. Este hecho se traducirĆ”, como hemos visto, en una nueva contracciĆ³n de la demanda y, muy probablemente, en que continĆŗe descendiendo el valor de las viviendas.
Sin embargo donde hay problemas tambiĆ©n pueden detectarse oportunidades. Este aƱo debe ser el del ajuste definitivo de los precios, hasta un nivel sostenible y acorde con las posibilidades reales de nuestra economĆa. TambiĆ©n debe ser el perĆodo en el que eclosione la consolidaciĆ³n del sistema financiero, fortalecido por la presencia de menos entidades pero mĆ”s solventes. De este nuevo esquema financiero volverĆ” a brotar el crĆ©dito, lĆquido que hace posible el funcionamiento de las distintas piezas del engranaje econĆ³mico.
Y, como no, tambiĆ©n debe ser el aƱo de la puesta en valor de nuestros activos, una vez ajustados en su precio, de tal manera que se despejen los nubarrones que impiden ver la rentabilidad potencial que atesoran muchos de ellos. Y para los que no, habrĆ” que hacer un plan creĆble, gestionado a travĆ©s de la fĆ³rmula que se considere mĆ”s procedente, con las ayudas necesarias, y repartiendo de manera justa pero econĆ³micamente eficiente las pĆ©rdidas producidas por unas expectativas gestadas en otra Ć©poca, y que no han resultado ciertas.
Se han dado muchos pasos en el camino correcto, pero hasta que no se corrijan completamente los desequilibrios, difĆcilmente vamos a poder abandonar las polĆticas defensivas de gasto por otras mĆ”s activas, relacionadas con la inversiĆ³n productiva y su financiaciĆ³n aparejada, orientadas a la rentabilidad y razonablemente libres de la incertidumbre que ahora les asfixia. Esperemos que ese escenario tarde poco en llegar.